viernes, 9 de mayo de 2014

CUENTANOS A TODOS COMO DEJASTE LOS PORROS !!

En este apartado me gustaría que personas que han superado esta adicción nos cuenten como lo han conseguido...como lo hicieron...como se sienten ahora...y toda la ayuda que nos puedan aportar...por favor si tienes una historia...queremos leerte para que nos ayudes...gracias.

DAÑOS QUE NOS CAUSA EL HACHÍS EN EL CEREBRO

Fuente: 


http://www.dedrogas.com/2005/09/11/danos-que-causa-el-hachis-en-el-cerebro-thc/


El hachís esta formado por las secreciones resinosas de THC, pólen, de flores de la planta hembra de la Marihuana, el cannabis o cáñamo. Dependiendo de su pureza puede tener mayor o menor cantidad de sustancias psicoactivas que la propia Marihuana.

El THC es soluble en grasa, por lo que dura alrededor de 1 mes en el organismo, al ser fumado pasa a la sangre y es transportado rapidamente a pulmones, hígado, y los tejidos grasos, como el cerebro. El THC , o delta-9-tetra-hydro-cannabinol, tiene un receptor específico en el cerebro que facilita su asimilación. Existe en el cuerpo humano una sustancia similar al THC, la anandamida cuyas utilidades se desconocen. Pero el THC se queda durante semanas en el cerebro humano dificultando las sinopsis en determinados lugares cerebrales.
La acumulación de THC en las neuronas entorpece la memoria del cerebro, provoca grandes deficits de memoria a corto plazo, disminuye la capacidad de aprendizaje y de concentración, letargo, paranoias y problemas de locomoción. El THC podría generar problemas psiquiátricos en aquellos usuarios crónicos con una condición esquizofrénica pre-existente, pueden despertar la locura.
Si se mezcla hachís con alcohol, puede ocasionar mareos o lipotimias, "amarillo", a causa de de la acción vasodilatadora del alcohol y el aumento de consumo cerebral de oxígeno por fumare cannabis. El cerebro necesita más oxígeno de lo normal y dispone de una cantidad menor.
El hachís además puede ser mezclado, adulterado, con otras sustáncias para avaratar sus costes a los traficantes dañando aún mas la salud del consumidor, dependiendo de con que sustancias se "corte" la droga puede causar daños graves en el cerebro.
El cerebro dirige todas las funciones del resto de los órganos del cuerpo, es el substracto de la inteligencia humana, memoria, deseos, sentimientos y emociones. La especie humana nació para usar su cerebro, el cannabis lo destruye poco a poco.

LOS EFECTOS MENOS CONOCIDOS DEL CANNABIS

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/05/09/neurociencia/1210347648.html

Publicado en el diario el mundo.

DE LA EUFORIA A LA PÉRDIDA DE MEMORIA

Los efectos menos conocidos del cannabis

  • Provoca pérdida de memoria, reduce el rendimiento y altera las capacidades cognitivas
  • Puede producir depresión, ansiedad, psicosis y, en el peor de los casos, esquizofrenia
Un joven se lía un porro (Foto: Reuters | Jerry Lampen)
Un joven se lía un porro (Foto: Reuters | Jerry Lampen)
Actualizado viernes 09/05/2008 17:47 (CET)
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MARÍA VALERIO
MADRID.- Los poderes psicotrópicos del cannabis, un derivado extraído de la planta del cáñamo ('Cannabis sativa'), son conocidos por el ser humano desde hace miles de años. Sus 'propiedades embriagadoras', como decía ya Herodoto en el siglo V, se deben fundamentalmente al delta-9-tetrahidrocanabinol (THC), el cannabinoide responsable de sus efectos en el cerebro.
Cuando el consumidor inhala esta sustancia, generalmente fumando, el THC llega rápidamente al cerebro a través del torrente sanguíneo, por lo que sus efectos se sienten a los pocos minutos y pueden durar hasta dos o tres horas. Si se consume masticado, la cantidad de tetrahidrocanabinol que alcanza el cerebro es menor y tarda más en hacer efecto, porque se absorbe más lentamente.
El THC se encuentra en diferentes proporciones según el preparado que se utilice: marihuana (que es el resultado de la trituración de flores, hojas y tallos secos, con una concentración de entre el 1% y el 5%. ); hachís (elaborado a partir de la resina de las flores de la planta hembra y con una concentración del 15%-50%) o aceite de hachís (resina de hachís disuelta y concentrada al 25%-50%).
Como destacan los especialistas del Plan Nacional sobre Drogas, justo después del consumo se produce lo que se conoce como 'borrachera cannábica': sequedad de boca, ojos rojos, taquicardia, descoordinación, risa incontrolada, somnolencia, y alteración de la memoria, la atención o la concentración. Una sensación de euforia que no tarda en transformarse en un síndrome 'amotivacional' y una pérdida de interés por las cosas.

Riesgos desconocidos

Como explica a elmundo.es Amador Calafat, psiquiatra y director de la revista 'Adicciones', en las últimas décadas se había extendido en España y en otros países europeos "la sensación de que el cannabis era inocuo. Y parecía que el que no se tomaba un porro no se enteraba de lo que era bueno". No parece casualidad que sea la droga ilegal más consumida en todo el mundo; en 2003, el 30% de los españoles entre 15 y 64 años declaraba haberla probado alguna vez.
En su opinión, esta creencia generalizada se benefició de una cierta complicidad de algunos medios de comunicación ("que apoyaron la legalización"), de lo que él llama el "lobby del 68", y de "los vacíos científicos que existían sobre sus riesgos". Sin embargo, añade, ahora ya no quedan dudas sobre cuáles son los efectos del consumo de cannabis, tanto a corto como a largo plazo.
En el Reino Unido, por ejemplo, el gobierno acaba de endurecer la clasificación de esta droga para aumentar las penas de prisión para los consumidores y "proteger la salud de la gente joven".
Por un lado, explica Calafat, se ha demostrado que los problemas de concentración y de memoria "tienen efectos devastadores en el futuro de los jóvenes, porque les pilla en la mejor época de la vida para estudiar. Muchos de ellos experimentan dificultades de aprendizaje y abandonan los estudios antes de tiempo".
Planta del cannabis (Foto: AFP | Leon Nea)
Planta del cannabis (Foto: AFP | Leon Nea)
"Algunos trabajos apuntan a que estas capacidades cognitivas se pueden recuperar en parte al abandonar el hábito y salir de la intoxicación crónica que sufren los fumadores habituales, pero otras investigaciones señalan que quedan importantes secuelas en algunas áreas cerebrales", añade por su parte el doctor Magí Ferrer, miembro de la Comisión Clínica de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
Además, su consumo habitual puede generar dependencia y adicción (entre el 7% y el 10% de los casos) y existen evidencias que demuestran que las formulaciones modernas tienen mayor concentración de THC que el cannabis que se fumaba en los años sesenta; lo que aumenta sus efectos. Unos riesgos que, según coinciden los especialistas, siguen sin ser aún bien conocidos por la sociedad (en 1994, el 60% de los escolares españoles consideraba más peligroso fumarse un paquete diario de cigarrillos que tomar un porro esporádicamente).

Problemas mentales

Por ejemplo, el consumo de porros multiplica por dos las probabilidades de sufrir brotes psicóticos(con más riesgo a mayor dosis). "Parece que la marihuana podría actuar como desencadenante de estos ataques en personas con una cierta predisposición genética", advierte Calafat. Los trastornos se acentúan cuando el consumo se inicia antes de los 15 años [la media de edad de inicio en España son los 14,7 años], probablemente porque esta droga causa cambios neurobiológicos en un período clave del desarrollo cerebral.
Un reciente informe elaborado por expertos de la Oficina de Control de Drogas de la Casa Blanca (EEUU), advierte de que los adolescentes que fuman marihuana tienen hasta un 40% más de riesgo de sufrir depresión, ansiedad, psicosis (alucinaciones) o algún tipo de enfermedad mental; especialmente en el caso de las chicas. Y aunque no se ha demostrado de una manera estadísticamente significativa que pueda causar esquizofrenia, sí parece que empeora sus síntomas y agrava los ataques. "Es complicado decir si las drogas tienen este efecto por sí mismas o porque abren la compuerta a algunos trastornos que no se hubiesen producido sin su consumo", admite Ferrer.
Este mismo documento explica que muchos jóvenes con síntomas depresivos están recurriendo a los porros para aliviar su malestar, "y no se dan cuenta de que la marihuana, en realidad, empeora su depresión". Los consumidores habituales, añade el informe, tienen pensamientos suicidas con tres veces más frecuencia que los otros chicos de su edad.
Además, el modo de consumo más frecuente es mezclado con el tabaco, fumado sin filtro y con largas caladas, lo que también podría incrementar la frecuencia de problemas pulmonares; desde cáncer hasta patologías cardiovasculares. Por si fuera poco, cada vez más datos advierten de la implicación del cannabis en los accidentes de tráfico y de su papel como puerta de entrada hacia otras drogas 'duras'.

EFECTOS Y RIESGOS DEL CANNABIS

EFECTOS Y RIESGOS DEL CONSUMO DE CANNABIS



Fuente: http://ocw.innova.uned.es/ocwuniversia/Educacion-Vial/efecto-de-alcohol-las-drogas-y-otras-sustancias-en-la-conduccion/cap8



El cannabis es una planta con cuya resina, hojas y flores se elaboran las sustancias psicoactivas más conocidas (hachís y marihuana) y más utilizadas entre las drogas ilegales.
Su consumo, como el de la mayoría de las drogas de origen botánico, ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, siendo usada con fines religiosos, medicinales y lúdicos. También se ha utilizado tradicionalmente para la elaboración de fibras textiles.
Con el avance del cristianismo, su uso quedó restringido a determinadas zonas de Asia y África. En Europa fue redescubierto para uso fundamentalmente “lúdico” por parte de escritores y artistas como Baudelaire o Delacroix, integrantes del denominado Club des haschisciens.
Junto con los alucinógenos, los derivados del cannabis fueron la droga de elección del “movimiento hippy” de los años sesenta y, en general, de los movimientos denominados contraculturales y psicodélicos.
La planta es conocida en botánica como Cannabis sativa, y sus efectos psicoactivos son debidos a uno de sus principios activos: el tetrahidrocannabinol, cuyas siglas son THC.
Sus derivados más consumidos actualmente son el hachís y la marihuana. En España se consume principalmente hachís, procedente en su mayoría de los cultivos del norte de Marruecos, del valle de Retama, en la región del Rif.
El hachís se elabora a partir de la resina almacenada en las flores de la planta hembra, prensada hasta formar una pasta compacta de color marrón cuyo aspecto recuerda al chocolate. Su concentración de THC es superior a la de la marihuana, por lo que su toxicidad potencial es mayor.
La marihuana se elabora a partir de la trituración de flores, hojas y tallos secos. Ambos preparados se consumen fumados en un cigarrillo liado con tabaco.
En los últimos tiempos se ha generado cierta confusión en torno al uso terapéutico de los derivados del cananbis. Sin embargo, nada tiene que ver la investigación médica y uso terapéutico con los consumos “recreativos” de hachís y marihuana que tantos problemas físicos, psicológicos y sociales generan según las más recientes investigaciones.
Al consumirse fumado, es fácilmente absorbido por los pulmones, por lo que llega al cerebro con rapidez. En pocos minutos empiezan a manifestarse sus efectos, que pueden durar entre 2 y 3 horas. Inevitablemente, se entremezclan reacciones buscadas por el consumidor con respuestas indeseadas.

Los efectos psicológicos más frecuentes son:
    • Relajación
    • Desinhibición
    • Hilaridad
    • Sensación de lentitud en el paso del tiempo
    • Somnolencia
    • Alteraciones sensoriales
    • Dificultad en el ejercicio de funciones complejas: expresarse con claridad, memoria inmediata, capacidad de concentración, procesos de aprendizaje…
Tras el consumo de cannabis pueden darse diversas reacciones orgánicas, las más frecuentes son las siguientes:
    • Aumento del apetito
    • Sequedad de la boca
    • Ojos brillantes y enrojecidos
    • Taquicardia
    • Sudoración
    • Somnolencia
    • Descoordinación de movimientos



Los riesgos asociados al consumo de derivados de cananbis se explican tanto por las peculiaridades de su principal principio activo, el TCH, como por el hecho de que se consuma habitualmente fumado.
El TCH es particularmente soluble en aceite, por lo que tiende a concentrarse en los tejidos grasos del organismo, como es el caso del cerebro. Tiene una vida media de una semana, por lo que a los siete días de su consumo aún se mantiene sin eliminar el 50% del principio activo, favoreciendo su acumulación cuando el consumo es regular. Como consecuencia de este proceso existen algunos riesgos a considerar:
    • El consumo diario de hachís puede ralentizar el funcionamiento psicológico del usuario, entorpeciendo sus funciones superiores relacionadas con el aprendizaje, la concentración y la memoria.
    • Otro tanto cabe decir de la ejecución de tareas complejas que requieran lucidez mental y coordinación psicomotora, como pueden ser conducir un vehículo a motor o, tomar decisiones.
    • Pueden darse reacciones agudas de pánico y ansiedad.
    • En personas predispuestas, puede favorecer el desencadenamiento de trastornos psiquiátricos de tipo esquizofrénico.
En el plano orgánico, en primer lugar, hay que tener en cuenta que los derivados del cannabis se consumen fumados (con una pauta de inhalación profunda, sin filtro, con retención pulmonar del humo y apurando el cigarrillo al máximo), por lo que su uso habitual puede reforzar los riesgos asociados al consumo de tabaco, favoreciendo la aparición de alteraciones de diversa naturaleza. Entre las principales consecuencias de su uso, hay que citar:
    • Respiratorias: tos crónica y bronquitis en consumidores habituales de dosis elevadas.
    • Cardiovasculares: empeoramiento de síntomas en personas que padezcan hipertensión o insuficiencia cardiaca.
    • Sistema endocrino: altera las hormonas responsables del sistema reproductor y de la maduración sexual.
    • Sistema inmunitario: el uso crónico del cananbis reduce la actividad de este sistema.
    • Los riesgos derivados del consumo de las diversas drogas no pueden aislarse del modo en que son habitualmente consumidas. En el caso del hachís, la pauta más frecuente es su consumo combinado con alcohol, con lo que los efectos se multiplican, pudiendo favorecer la aparición de lipotimias.
El cannabis sigue siendo la droga ilegal más consumida en España y en el conjunto de los países de la Unión Europea. El 19.5% de la población española de entre 15 y 65 años lo ha probado en alguna ocasión. Un porcentaje que sube a casi uno de cada tres (28,2%) si nos centramos en la banda de 15-29 años.
Del total de la población, el 4,2% lo han consumido durante el último mes, en lo que podríamos llamar un consumo regular. Una pauta seguida por el 8,6% de los jóvenes de 15-29 años.
Aunque, en general, en el consumo de drogas ilegales la proporción de hombres suele ser superior a la de mujeres, en el caso del cannabis esa diferencia se va acortando. De hecho, en la banda de 15-17 años, el porcentaje de quienes lo han probado es superior entre las chicas (21,6%) que entre los chicos (21,1%). A estas edades, el consumo más o menos regular (último mes) se iguala entre chicas (7,8%) y chicos (8%). Respecto a años anteriores, esta pauta de consumo desciende entre los chicos y aumenta entre las chicas.
El mayor consumo regular se da en la banda de edad de 20-24 años, con un 11,5% del total (14,7% de los chicos y 8,2%  de las chicas). Consumen hachís habitualmente (1-2 días por semana) 280.000 personas, con un descenso de los chicos en los últimos años y un aumento de las chicas. El consumo diario se ha reducido, a pesar de haber aumentado entre las chicas.
Más de un 5% de las personas en tratamiento por problemas relacionados con el consumo de drogas lo fueron por su consumo de derivados del cananbis.
Como ocurre con las demás drogas, el consumo de cananbis “en lugares, vías, establecimientos o transportes públicos, así como la tenencia ilícita, aunque no estuviera destinada al tráfico, está contemplado por la Ley sobre Protección de la Seguridad Ciudadana como “infracción grave”. Puede, por tal consideración, ser sancionado con multa de entre 300 y 36.000 euros.
Se prevé la posibilidad de suspender las sanciones “si el infractor se somete a un tratamiento de deshabituación en un centro o servicio debidamente acreditado, en la forma y por el tiempo que reglamentariamente se determine”.
El Código Penal español no hace referencia al consumo de drogas, ni público ni privado. Contempla únicamente aquellas conductas relacionadas con la comercialización de las drogas y con la seguridad vial.
En interpretación del Código Penal, los tribunales de justicia no consideran el cananbis dentro de las “drogas que causan grave daño a la salud”. Por tal motivo, la pena mínima para quienes lo cultiven, elaboren, trafiquen, promuevan, favorezcan o faciliten su consumo, o lo posean con tales fines, será de uno a tres años de prisión, y la multa “del tanto al duplo” del valor de la droga.
Respecto a la conducción de vehículos a motor, el Código Penal establece una pena de arresto de ocho a doce fines de semana o multa de tres a ocho meses, así como privación del derecho a conducir de uno a cuatro años, para quien conduzca un vehículo a motor o ciclomotor bajo la influencia de cualquier tipo de droga.